Valores
venezolanos
Arturo Michelena
Sólo vivió 35 años, pero su precocidad y su talento lo salvaron para la
posteridad.
Arturo Michelana |
Arturo Michelena, es sin duda una
de las glorias de la pintura venezolana. Gracias a esas dos condiciones podemos admirar hoy su notable
obra
pictórica. Nació en la señorial ciudad de Valencia
16 de julio de 1863 y murió en la entonces Caracas de los “Techos rojos” el 29
de julio de 1898. Desde muy
joven
impresionó a sus padres
y a la comunidad valenciana con su extraordinaria habilidad para el dibujo.
Provenía de una familia vinculada al arte, lo cual
influyó de manera definitiva en su vocación por la pintura. En este sentido, su
padre el pintor Juan Antonio Michelena, fue su principal preceptor durante su
infancia. Asimismo, su madre Socorro Castillo, era hija de Pedro Castillo
retratista y autor de los murales de la casa de José Antonio Páez en Valencia.
Las doce ilustraciones
que
hizo
para el libro "Costumbres
Venezolanas",
de Francisco de Sales Pérez, le ganaron la estimación y el apoyo
de este famoso
escritor costumbrista.
Poco
después Michelena se hace presente
en
una
exposición de pintura en Caracas. Allí conoce a otro joven
artista,
Cristóbal
Rojas,
a quien Michelena distinguió con una fraternal amistad. Cuando en 1896 Caracas le tributa un homenaje avasallante con motivo de la exposición de sus obras,
recoge los ramos de flores
que
el
público ha puesto a sus pies y los llevará a la
tumba de su amigo Cristóbal Rojas, muerto unos años antes de este acontecimiento.
Charlotte Corday |
"He llorado del goce que
no me cabía
en el corazón
en aquellos instantes",
le escribía el joven
Michelena
a su madre, contándole el momento en que recibió la
Medalla de Oro que le otorgó
la Sociedad de Artistas
Franceses
por su patético cuadro "El Niño
enfermo. También en la capital
francesa logró un impresionante éxito con
su
"Pentesilea",
obra escogida por el Jurado
entre
1.700 lienzos
que habían participado en la Exposición.
En 1885, Arturo Michelena parte a París, gracias a una
beca que le concedió el gobierno de José
Antonio Paéz, para que siguiera estudios en la capital francesa, bajo la dirección
del
profesor
Jean Paul Laurens,
pero esta ayuda le fue suprimida
poco
tiempo después
de su otorgamiento y el artista
debe
ganarse
la vida y costear el aprendizaje
con su personal esfuerzo.
El Panteón de los Héroes |
El viaje la ciudad gala para inscribirse en la Academia
Julia, lo hizo en compañía de Martín Tovar y Tovar. En esa institución estaban
prestigiosas figuras como Emilio Boggio y Cristóbal Rojas. Gracias a las
recomendaciones de Laurens, Arturo Michelena envía al salón de 1887 un lienzo
impactante “El niño enfermo”, con el que gana la Medalla de Segunda Clase y el
reconocimiento “Hors concours”, máxima distinción que el salón le otorgaba a un
artista extranjero. Entre 1885 y 1889, su obra se caracteriza por la adopción
del realismo oficial y por el ambicioso propósito de la ambientación documental
y arquitectónica de los asuntos narrados, ya fueran escenas de género o
episodios históricos. En este período pinta sucesivamente: Una visita electoral
(1886), La caridad (1887), La joven madre y Carlota Corday (1889), obteniendo
con este último cuadro la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París
(1889).
La emoción
de
Michelena cuando
recibió
su primera distinción en París sólo podrá compararse a la que le produjo
el masivo agasajo que le rindió el pueblo caraqueño a su
regreso a Venezuela en 1889.
Luego de una temporada de éxito social en Caracas, contrae
nupcias con Lastenia Tello Mendoza y retorna a París para iniciar un nuevo
período en su carrera. Durante este lapso, adquiere una mayor destreza como
dibujante y resolución en el uso del color y en la captación del movimiento
natural; aparecen ciertas notas impresionistas y cierta inclinación religiosa.
Obras importantes de este período son: La vara rota (1892) y Pentesilea (1891).
La vara rota |
Además de sus éxitos en la capital francesa, un lunar negro
cubrió su salud. En La Ciudad Luz contrajo una tuberculosis.
Por este tiempo se convierte en un retratista de moda y
pintor oficial. Pero su salud, cada vez más resentida, apenas le permite dedicarle
tiempo a obras ambiciosas como Miranda en la Carraca (1896), Berruecos (1895),
el Descendimiento (1897) y La última cena (1898), “Diana Cazadora”, "Pentesilea", de orden religioso "La multiplicación de los panes", quedando inconclusas algunas de éstas. En determinados lugares de Valencia,
en algunos sitios de Caracas, la Iglesia
Catedral, el Palacio de Miraflores,
el Museo de Bellas
Artes, el Museo
Arturo
Michelena, se puede apreciar la obra de
este notable pintor venezolano.
Los restos de Arturo Michelena fueron sepultados en el
Panteón Nacional el 29 de julio de 1948.
Bibliografía: José Rivas Rivas, Historia Gráfica de
Venezuela;
y publicación Venezuela Tuya.
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