sábado, 10 de noviembre de 2012


Domingo de psiquiatría, con Ignacio Taboada *

Los medicamentos en Psiquiatría

Dr. Ignacio Taboada G.
Hasta bien avanzado el siglo XX, la medicina disponía casi exclusivamente del polvo de opio, el ácido acetilsalicílico, los bromuros y algunos barbitúricos como sustancias para actuar sobre el Sistema Nervioso Central.

Apenas en 1952, comenzó a utilizarse la clorpromazina (Largactil® de Aventis Farma), en el tratamiento de los pacientes psicóticos, especialmente las esquizofrenias. Esta fecha es conocida como la segunda Revolución en psiquiatría.
Desde 1949 se conoció el efecto benéfico de las sales de litio sobre algunos de los trastornos del humor pero su uso no fue estandarizado hasta mediados de los 50 por dificultades técnicas para medir adecuadamente la cantidad de litio en la sangre de los pacientes (Litemia).

La tercera Revolución.
Sería novela de suspenso el no relatar cuál fue la primera Revolución aunque no tiene relación con lo que nos ocupa en esta hoja: A seguidas de la Revolución en Francia, Philippe Pinel, un médico dedicado a tratar a enfermos mentales, liberó a los "lunáticos" de los grillos con los cuales los sujetaban a los muros. Esa fue la primera Revolución en Psiquiatría.

Sigamos con lo anunciado en el encabezamiento.
En 1956, aparece el primero de los antidepresivos tricíclicos, la imipramina (Tofranil®  de Novartis Farma), que sigue siendo aún hoy el parámetro de la eficacia de las sustancias antidepresivas, aunque a lo largo de los últimos años han aparecido otros medicamentos con menores efectos indeseables pero sin aumentar la eficacia. Estas nuevas drogas tienen estructuras químicas diferentes a los primeros antidepresivos y actúan por procesos bioquímicos diferentes. Ya hay una media docena de grupos diversos.
En el terreno de los tranquilizantes, son las benzodiacepinas quienes han dominado la escena.
La primera benzodiazepina sintetizada fue el clordiazepóxido (Librium® de  Roche), en 1957, pero llegó al mercado después de 1960. Hoy casi no se usa pero sus parientes, en número cada vez mayor, siguen siendo utilizados para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, adicciones a sustancias y algunas formas de Epilepsia.
A medida que se conocen con más detalle los mecanismos por los cuales se producen los trastornos mentales y del comportamiento y también los mecanismos gracias a los cuales se manifiestan, la medicina de hoy y especialmente la psiquiatría, disponen de un arsenal terapeutico mucho más amplio y abastecido.
Hoy sabemos de la íntima interrelación entre el Sistema Nervioso Central y otros sistemas del organismo: el endocrino (glándulas), el cardiovascular, el inmunológico y otros.
Gracias a esto, en la actualidad se utilizan en Psiquiatría muchos medicamentos que nacieron en el ámbito de otras especialidades médicas.
Sirva a modo de ilustración el uso de bloqueadores adrenérgicos en el Trastorno de Pánico, que antes eran usados sólo para el tratamiento de la Hipertensión arterial y de algunas arritmias cardíacas; También se usa desde hace años la carbamazepina (Tegretol®, de Novartis), en algunos trastornos del humor como los episodios maníacos o en episodios depresivos refractarios. También en estos se utilizan los bloqueadores de canales de calcio, que antes se usaban en el terreno de la cardiología. Para finalizar esta larga muestra de opciones podemos nombrar el uso de hormona tiroidea para el tratamiento de Episodios depresivos refractarios.
Creo que ya es suficiente de nombres raros y complicados. Revisemos ahora algunos aspectos interesantes y problemáticos del uso de los medicamentos.
Quizás el mayor y más frecuente problema que enfrentamos es que el paciente no cumple las indicaciones de su médico.
¿Cómo es posible que esto suceda si el médico indica el tratamiento en beneficio del paciente? Veamos las dificultades principales.
* No adquiere el medicamento (2% al 20%), o no lo continúa después de gastar el primer empaque.

*  Se olvida tomar el medicamento.
* No está convencido que el tratamiento será de provecho para su padecimiento.
* Toma una dosis diferente (mayor, menor, o dosis extras) o toma el
   medicamento a horas inadecuadas.
* Deja de tomar el medicamento antes de indicarlo el médico.
Las razones más frecuentes para estas dificultades son las siguientes:
* Tiene temor de sufrir efectos indeseables o que el tratamiento interactúe con otro que ya recibía desde antes.
*  Tiene temor de adquirir una dependencia o adicción.
* Cree innecesario el medicamento pues las manifestaciones de su padecimiento son intermitentes.
*  No entendió las explicaciones de su médico.
*  Su rutina de vida interfiere con el horario de administración del medicamento.
*  El esquema de tratamiento es complicado o se compone de muchos
    medicamentos.
* El paciente realmente padece un trastorno de la memoria.
*  El medicamento tiene mal sabor.
*  El tratamiento es costoso o el paciente así lo cree.
* Tiene experiencias desagradables con otros medicamentos.
* Los allegados del paciente recomiendan o propician que no tome el
   medicamento.
*  El paciente no está a gusto con su médico.

Si usted tiene algunas de estas dificultades por estas u otras razones, pídale a su médico que se las aclare y que converse con usted sobre las razones que él tiene para indicarle ese esquema de tratamiento. El médico está en la obligación de explicar a su paciente todo lo relacionado con su diagnóstico (lo que tiene), su pronóstico (lo que sucederá) y su tratamiento (lo que va a recibir o se le va a hacer).
Se sabe de manera indiscutible que el paciente más y mejor instruido por su médico es quien mejor cumple el tratamiento y gracias a ello es quien tiene mayores posibilidades de mejorar.
Finalmente, si usted no está cómodo con su médico, dígaselo a él. Quizás  puedan resolver entre  ambos la  causa de su  incomodidad. Si no es posible,  cámbiese de
médico. Logrará la comodidad y es muy probable que aumenten las probabilidades de mejoría de su padecimiento.

El tema del próximo domingo de nuestro columnista invitado será:
 “Los cuidadores de los enfermos demenciales”

 *El doctor Ignacio Taboada G., es médico psiquiatra, egresado de la UCV y especializado en medicina del sueño, en  Atlanta School of Sleep Medicine and Technology”, de Estados Unidos de América; es el columnista invitado de este Blogger.
Seguirme en Twitter: @100ciaypolitica

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