Retos del presidente Obama, en política interior:
La economía y la inmigración,
sus dos de sus principales problemas
sus dos de sus principales problemas
Presidente Barack Obama |
No es propiamente un lecho de rosas sin espinas,
en el que se asentara los próximos cuatro años del reelecto
presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Barack Obama.
El gran reto que tiene que
afrontar, sin ser economista, es la crisis económica que afecta al mundo, y de
la cual los Estados Unidos de América no escapo.
Amén de estos problemas debe
enfrentar unos cuantos como son la seguridad social y la salud, la independencia energética, diseñar y
definir una política inmigratoria que permita legalizar a más de doce millones
de indocumentados que viven en el país, sobre todo ya que en su discurso de
anoche dijo “creemos en una nación de
inmigrantes”. Así mismo ponerle
cierre a nuevas inmigraciones clandestinas, mediante leyes que penalicen la
presencia permanente en territorio norteamericano de extranjeros sin una visa
de residente; entre otros problemas domésticos y de política exterior que
confronta.
El principal problema
El factor económico será el
principal dolor de cabeza para el presidente según sostienen tres catedráticos
norteamericanos:
“El país no ha superado los
efectos de la burbuja hipotecaria de 2007 y de la crisis financiera que se
desato en Septiembre del 2007 cuando quebró el banco Lehman Brothers y se
nacionalizo la reaseguradora AIG. Se teme que el (nuevo) Congreso y el
presidente no logren un compromiso para que la economía sea expandida”,
sostiene David Redlawsk, profesor de la Universidad de Rutgers.
A juicio del profesor William
Crotty, profesor de la Universidad de Northeaster, el crecimiento de la
economía ha sido lento, el desempleo alto, los impuestos elevados y
discriminatorios y se han hecho llamados a recortar el presupuesto. El mandatario
tiene que resolver estos problemas.
“La economía debe expandirse 3%
cada trimestre del año para absorber a los trabajadores que ingresan al mercado.
El presidente debe impulsar las exportaciones y la producción nacional. La
cooperación hemisférica y el acuerdo de libre comercio con Canadá y México
puede ayudar”, estima el economista Tomothy Kneeland, profesor del Nazareth
College.
Si las observaciones de estos
tres expertos en políticas económicas no son tomadas en cuenta, los habitantes
de Estados Unidos, sufriremos un aumento en los impuestos y habrá recorte de
gastos en el presupuesto.
El presidente Obama deber
acordar planes alternativos, ya que el partido republicano domina la Cámara de
Representantes y los demócratas la mayoría del Senado, y en este sentido dijo
anoche cuando conoció su victoria “estoy
deseando sentarme con (Mit) Rommey para dialogar sobre como trabajar juntos
para mover el país hacia adelante…”
Similares situaciones, en
cuanto a la composición del poder legislativo tuvieron los presidentes Dwight
Eisenhower, Richard Nixon, Ronald Reagan y Bill Clinton, quienes tuvieron que
negociar con el bando político contrario para solucionar los problemas de esas
épocas.
El déficit fiscal
Este es quizás el problema más
grave, enmarcado dentro del aspecto económico. Las calificadoras de riesgo
Moody’s Inverstors Service Inc y la Standard & Poor’s Ratings Services, han
amenazado unirse y rebajar la calificación crediticia estadounidense si el
problema no se resuelve.
El déficit del gobierno, ha
superado el billón (un millón de millones) de dólares, por cuarto año
consecutivo y la deuda total supera los 16,1 billón de dólares.
El debate sobre los límites a
la deuda fiscal puso a muchos ejecutivos en estado de alerta. El análisis de
las contribuciones a la campaña electoral por parte de Wall Street reveló de manifiesto la animosidad hacia el
presidente. En el 2008 los banqueros de inversión, gerentes de fondos de
cobertura y otros ejecutivos que aportaron fondos a la campaña, el
57% de los 170 millones de dólares los dieron para Obama. Este año el
70% de sus 220 millones de dólares fue para la campaña del candidato Rommey y
los republicanos.
A pesar de los
cuestionamientos, el gobierno sostiene que el sistema bancario de los Estados
Unidos es más saludable que en 2008 y empresas como la General Motors que
fueron rescatadas, ahora son rentables.
El presidente Obama a pesar de
la crisis económica, ha defendido su gestión, al señalar que ningún presidente
desde la Gran Depresión se encontró con una crisis semejante a la que se desato
con el desplome del sistema financiero en el 2008, si no hubiese sido por las
políticas que implemento la crisis podría haber desencadenado una catástrofe
mayor y que de hecho, bajo su mandato se recuperaron más de 5 millones de
empleos,
En materia de regulación
financiera, el premio Nobel de Economía (2001), Joseph E. Stiglits, advierte
que un problema financiero sobre el cual hay un acuerdo global es la necesidad
de cerrar los paraísos bancarios. “El dinero no viaja a las islas Caimán porque
el sol los hace crecer más rápido, ese dinero prospera a la sombra”.
Así como al gobierno de los
Estados Unidos preocupa el déficit fiscal, igualmente intranquiliza a los
países miembros del G20 que acaban de concluir su reunión en México, donde
expresaron preocupación sobre los problemas financieros de Estados Unidos y
Europa que amenaza el crecimiento global.
El debate sobre los riesgos que
el llamado “precipicio fiscal” en Estados Unidos supone para la economía
mundial, al igual que el de otros países europeos, dominaron la agenda de la
reunión.
La principal interrogante para
el gobierno y la bancada demócrata en ambas cámaras es el Medicare, el seguro médico para personas de la Tercera Edad que
abarca unos 50 millones de beneficiarios.
Los expertos en política de
salud y estadígrafos, sostienen que el programa será incapaz de pagar todos los
beneficios dentro de doce años, cuando crezcan las erogaciones por encima
que otros rubros del presupuesto de la Unión.
A esta situación se le suma la
reciente ley de seguridad social y salud propuesta por el presidente, pero que
fue restringida en cuanto a beneficios y alcances para que pudiera ser aprobada
por una Cámara de Representantes hostil a su gestión en esta mataría.
Sin embargo, esta ley beneficia
a 30 millones de personas de bajos ingresos, mayoritariamente pobres, que no
tendrían acceso a los servicios de asistencia médica, si no fuera por este
instrumento legal.
Independencia energética
Una de las metas que igualmente
se propone el presidente Obama, es la independencia energética de los Estados
Unidos, para no depender más del petróleo de los países árabes y de Venezuela,
desarrollando fuentes alternas de energía.
La industria y la vida de los
estadounidenses y de los extranjeros que vivimos aquí se desarrollan con el
crudo importado esencialmente del Medio Oriente, Canadá, México, Venezuela y de
su propia producción han logrado elevar. Bajo el actual gobierno demócrata, se
han reducido las compras de crudo de un 57 por ciento a un 42 por ciento, según
cifras del American Center Progress (ACP).
Aunque se anuncia un vasto
proyecto de extracción de gas proveniente esquistos, todavía serán necesarios
los crudos de los países exportadores de petróleo.
Daniel Weiss, analista del ACP,
observa que esa independencia energética que se propone el presidente Obama,
está muy distante. “Recordemos que en otro momento se habló del petróleo de
Alaska que vendría a proveer la autosuficiencia energética estadounidense. Los
daños ecológicos serian de tal magnitud que obligaron a abandonar el proyecto”.
Posiciones como estas plantean
la interrogante de cómo lograr la independencia energética, prescindiendo del
crudo extranjero y manteniendo en cero niveles el daño ecológico y ambiental.
Estos son los principales retos
del reelecto jefe de Estado estadounidense en política interna.
En una próxima e inmediata entrega hablaremos sobre los
retos que tiene el presidente Obama en materia de política internacional.
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