jueves, 13 de diciembre de 2012


Jueves de economía, con Boris Ackerman

Divisas fuertes y monedas débiles

Cuando se habla de fortaleza hablamos de baja inflación, estabilidad política, consistencia en las políticas fiscales y monetarias, y respaldo en metales.
Dr. Boris Ackerman

La pérdida de poder adquisitivo es, sin duda, un elemento que demuestra la debilidad de la moneda que circula en Venezuela, y en nuestro país ha sido un fenómeno extremadamente evidente, pero no es el único.
Adicionalmente podemos destacar otros factores que hacen que nuestra moneda no sea apreciada ni valorada como una moneda fuerte, la dificultad en convertir el bolívar en otra moneda o de movilizar sumas de dinero desde Venezuela a otros países, es claramente otro elemento de debilidad. El alto endeudamiento externo, no visto solamente en términos de deuda sobre producto interno sino, por ejemplo, en intereses pagados sobre PIB (donde me atrevería a decir que somos líderes mundiales), el déficit del sector público que luego es cubierto con emisión monetaria sin duda alguna debilita significativamente al bolívar.

¿Qué consecuencia tiene que tengamos una moneda débil?
Para los ciudadanos y residentes en el país, el tener una moneda débil nos dificulta sin duda la vida, debilita nuestro poder adquisitivo como ciudadanos del mundo, complica nuestras posibilidades de viajar a conocer otras sociedades o educarnos en el exterior, hace que se demore y enrede la adquisición de bienes o servicios fuera del país, disuade a posibles inversionistas del exterior, deteriorando las posibilidades de generación de empleos, y de alguna forma crea temor en muchos inversionistas locales que prefieren colocar sus excedentes fuera del país. Todos esos elementos, culpa de la irresponsabilidad del Estado en articular políticas que generen confianza, terminan por empobrecer a la gente y eliminar la confianza, y al mismo tiempo termina por encaminar a muchas personas a buscar formas de protegerse adquiriendo o invirtiendo en lo que se conoce como divisas.
¿Qué es una divisa?
Las divisas son las monedas extranjeras y su fortaleza se fundamenta en la confianza que poseen los ciudadanos de distintas nacionalidades en ellas. En la economía contemporánea se reconocen como divisas al dólar, el euro, la libra esterlina y el franco suizo. Cuando se habla de fortaleza, en una moneda, hablamos de baja inflación, estabilidad política, consistencia en las políticas fiscales y monetarias, respaldo en metales y otras divisas fuertes. Pero por sobre todas las cosas, podemos resumir la fortaleza de una moneda como la voluntad e intención de muchas personas alrededor del planeta de aceptar esa moneda como contraprestación al valor de su esfuerzo y de los productos y servicios que ofrecen. Es decir, el valor de una divisa lo dan las personas con base en su percepción de estabilidad de largo plazo y de mantenimiento de su poder adquisitivo.

¿Ahorrar en divisas?
Por supuesto que sí, ya hemos visto que quien hubiera decidido ahorrar en moneda local, hubiera perdido la casi totalidad de sus ahorros en estos últimos 30 años y estaría en la total miseria. Sin embargo, antes de tomar cualquier decisión sobre la apertura de cuentas en divisas, hay que dominar varios conceptos claves que nos ayudarán a orientarnos y encaminarnos hacia la mejor defensa del fruto de nuestro trabajo. Deben considerarse varios factores primordiales, a saber:
- El riesgo del país en donde hacemos la colocación, si ponemos nuestro dinero en un país de alto riesgo o con el rating crediticio bajo, es muy probable que ocurran cosas feas, tales como congelación de depósitos o conversión automática de éstos a moneda local, eso pasó por ejemplo en la Argentina hace poco más de 10 años y acabó con el patrimonio de millones de inocentes. Para la categoría de riesgo, hay agencias calificadoras, si un país o un instrumento financiero tiene una calificación menor que BBB se considera riesgo especulativo, es decir, cualquier colocación en esas naciones es chatarra.
- La calidad de las instituciones que protege los depósitos y el respaldo que brindan. Colocar en un país distinto al nuestro podría ser de alto riesgo si no existen instituciones que respalden al ahorrista; el ejemplo más extremo es el reciente caso de la isla de Antigua, en el que la quiebra de un banco donde muchos conciudadanos tenían sus ahorros se dio por la falta de supervisión de su superintendencia y su complicidad con quienes manejaban el banco.
Adicionalmente, los países desarrollados poseen fondos de garantía de depósitos capaces de proteger importantes sumas de dinero, asegúrese que su dinero esté cubierto por estas garantías.
- La calidad del banco o institución donde se hace el depósito. Aun cuando el respaldo del sistema sea bueno, cuando un banco va a la quiebra o es intervenido, podrían existir complicaciones a la hora de cobrar por sus depósitos, es así como tener dinero en una institución sólida, con categoría crediticia alta, nos hará dormir más tranquilos.
- Si va a colocar su dinero en algo distinto a una cuenta corriente o de ahorros, por ejemplo, un bono o una inversión, cuídese mucho de la categoría del instrumento y también tome en cuenta que la custodia será en una cuenta individual a su nombre y administrada por firmas de alto prestigio y reconocimiento mundial dedicadas a la custodia de valores. De manera que si decide romper relaciones con el banco o la firma que le administra su portafolio o éstos cierran, usted pueda disponer de sus activos en forma independiente, acudiendo a la firma. Una de esas firmas es Pershing LLC.

Instrumentos bastante en boga son los fondos de pensiones, seguros de vida o administradores financieros. Vendedores de dichos productos inundan con sus ofertas la plaza local. Pero tenga cuidado, no siempre ofrecen lo mejor para usted. Nuestra sugerencia es que no se deje deslumbrar por altas cifras supuestas o excelentes rendimientos, páselos más bien por el mismo tamiz que a cualquier otra inversión y asegúrese que los cuatro factores mencionados se cumplan a cabalidad. Riesgo país, garantías reales y documentadas a su inversión, calidad de la institución (corroborada por terceros acreditados como Moodys, Fitch o Standard and Poors) y custodia de sus valores. Antes de poner dinero, asegúrese siempre a quién se lo entrega.

*_El doctor Ackerman, es profesor de pre y postgrado de las Universidades "Simón Bolívar" y Católica "Andrés Bello",  máster en administración financiera del IESA y columnista el Diario "El Mundo, Economía y Negocios".


Seguirme en Twitter: @100ciaypolitica

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