En América Latina hay mucho ingenio
pero poco apoyo para innovar
*Según datos recientes del
Banco Interamericano de Desarrollo, la mayoría de los países de América Latina
invierte en investigación y desarrollo entre 0,1 y 0,6% de su Producto Interno Bruto (PIB.)
*Un venezolano, el sabio
Humberto Fernández-Moran, destaca entre los inventores latinoamericanos
José Ramón Ostaicoechea |
En América Latina hay mucho ingenio y creatividad, pero como dice José
Ramón Ostaicoechea, uno de los dos únicos inventores latinoamericanos en el
Salón Internacional de Inventos de Ginebra de 2013, "no hay cómo
demostrarlo".
Entre los 45 países representados en la 41 edición del prestigioso
salón ginebrino solo hay uno latinoamericano, Perú, que presenta un sistema de
seguridad para puertas de altura regulable creada por Ostaicoechea y un sistema
de tratamiento de aguas contaminadas por actividades mineras, obra de Silvana
Flores.
Ambos ingeniosos ganaron plazas para ir a Ginebra a través de un
concurso del Instituto Nacional de la Competencia y la Defensa de la Propiedad
Intelectual de Perú (Indecopi), una iniciativa poco común en esta región.
Según datos recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la
mayoría de los países de América Latina invierte en investigación y desarrollo
entre 0,1 y 0,6% de su PIB, casi lo mismo que hace diez años, y la inversión
anual de toda la región, incluido el Caribe, es casi la mitad de la de Corea
del Sur.
Los inventores latinoamericanos están por tanto en desventaja respecto
a los de otros lugares, pero en el pasado además tuvieron problemas para que se
les reconociera la paternidad de sus obras en el resto del mundo.
La píldora anticonceptiva, el número cero, el café soluble, el sistema
de huellas dactilares, el televisor a color, la birome o bolígrafo y hasta el
avión tienen sello latinoamericano, pero es poco sabido y hasta cuestionado en
algunos casos.
Un brasileño inventor del
avión?
El brasileño Alberto Santos Dumont es reconocido en su país como el
inventor del avión, un título que, sin embargo, se le adjudica en la mayor
parte del resto del mundo a los hermanos estadounidenses Wilbur y Orville
Wright.
Santos Dumont voló sobre París y ante testigos calificados en 1906 con
el 14-Bis, un aparato diseñado y construido por él mismo, mientras los hermanos
Wright volaron en 1903 sobre una playa de Carolina del Norte con su máquina
voladora, denominada Flyer.
La diferencia a favor del brasileño es que el 14-Bis despegó por sí
mismo gracias a su motor aeronáutico y el Flyer no.
Según investigaciones costarricenses, Clodomiro Picado publicó en
Francia un informe sobre las propiedades curativas de la penicilina en 1927,
dos años antes de que lo hiciera el británico Alexander Fleming, pero pasó
inadvertido y aun hoy es desconocido.
No tuvo problemas de reconocimiento el químico mexicano Luis Ernesto
Miramontes, que junto a otros dos científicos, sintetizó en 1951 el compuesto
noretindrona, base del primer anticonceptivo oral sintético y obtuvo la
patente.
Otro mexicano, Guillermo González Camarena, desarrolló en 1940 el
"Sistema Tricromático de Secuencia de Campos", que no es otra cosa
que la primera televisión a color.
Miles de años antes los mayas incluyeron en sus sistemas de numeración
un signo que representaba el cero.
En el siglo XX los hermanos uruguayos Félix y Raúl Leborgne inventaron
la mamografía y la tomografía laríngea.
En la otra orilla del Río de la Plata un húngaro llegado a Argentina
en los años 40, Ladislao Biro, desarrolló y fabricó en ese país la birome o
bolígrafo.
Biro vendió la patente para Europa al francés Marcel Bich, que
popularizó el invento y llegó a ser considerado su creador.
Otros inventos argentinos son el sistema de huellas digitales, ideado
por el criminalista Juan Vucetich, y la jeringa descartable, inventada por
Carlos Arcusin.
Los guatemaltecos Federico Lehnhoff y Eduardo Cabarrús inventaron el
café soluble a inicios del siglo XIX.
En El Salvador, el invento más conocido en los últimos años es la
premiada "turbococina", de René Núñez Suárez, que funciona con leña y
es considerada "ecoeficiente".
El panameño Antonio Clément ha sido también premiado fuera de su país
por un generador radial de magnetos permanente, eólico e hidráulico, y por un
ecogenerador a pedales.
El médico y científico hondureño Salvador Moncada, del University
College de Londres, descubrió en sus investigaciones sobre el cáncer el proceso
por el cual las células enfermas proliferan y donde radica la energía que hace
posible dicho proceso.
También descubrió la prostaciclina, contra los trombos que obstruyen
las arterias, y tuvo que ver con el desarrollo del Viagra.
Colombia destaca por sus aportes a la medicina: en 1958 Jorge Reynolds
inventó el primer marcapasos intravenoso, en 1964 Salomón Hakim creó una
válvula para drenar el líquido cefalorraquídeo en casos de hidrocefalia y en
1986 Manuel Elkin Patarroyo creó la primera vacuna sintética contra la malaria.
Un venezolano entre los grandes
inventores
El bisturí de diamante es una creación del médico y científico
venezolano Humberto Fernández-Morán Villalobos, que también inventó el
microscopio electrónico criogénico.
El médico ecuatoriano Edwin Cevallos es el padre del BIRM, un
"modulador anti-retrovirus e inmune" que, según dice, sirve en el
tratamiento de 62 enfermedades "intratables" y es usado ya en
hospitales públicos de su país.
En el apartado científico, los cubanos exhiben orgullosos medicamentos
como el Heberprot-P, para tratar la úlcera del pie diabético, la primera vacuna
sintética humana contra la bacteria Haemophilus Influenzae, tipo B, y otra
contra la meningitis.
En el terreno de las nuevas tecnologías destaca la nicaragüense Sheila
Slick, que ha inventado al menos siete aplicaciones para teléfonos inteligentes
y tabletas, para educar a niños en inglés y en español.
Pero hay otros inventos latinoamericanos no tan trascendentales, pero
tan o más conocidos que los otros, que tienen que ver con deportes, como la
"chilena", una jugada de fútbol creada por Ramón Unzaga a principios
del siglo XX, o con bebidas, como el "mojito", la
"margarita", la "capirinha" o el "pisco sour", o
con ritmos musicales y bailes, como el tango, la salsa o el merengue.
En el campo de la gastronomía, la oferta es aun más variada.
Un invento para el futuro es el motor de plasma que desarrolla el
exastronauta costarricense Franklin Chang, con el que pretende acortar el
tiempo de los viajes al espacio e incluso poder llegar a Marte con naves
tripuladas.
Fuente: América
Economía. Foto cortesía del Diario El Comercio, Lima
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