martes, 23 de abril de 2013



Ciencia para jóvenes, con Luis M. Garcia (*)

Las serpientes no disfrutan
la música... porque son sordas


Esa imagen de la serpiente saliendo de una cesta al compás de la melodía de una flauta tocada por el encantador no es más que una leyenda ilusoria.
Si algo no puede atribuirse a las culebras es su gusto por la música, pues como es claramente evidente, estos reptiles no tienen oídos y, por consiguiente, son más sordas que una tapia.
En compensación los ofidios poseen una muy fina sensibilidad en su vientre que le permite captar las vibraciones de los cuerpos a su alrededor, aunada a una gran agudeza visual que muestran en sus ojos que nunca se cierran.
Así es, la serpiente no tiene párpados, y como los peces, tiene los ojos protegidos por una membrana transparente.
De todas las serpientes, sólo el 1O por ciento son venenosas, pero hay algunas, como la Mamba de África, cuyo veneno puede matar a un hombre adulto en menos de un minuto.
Se conocen más de 2500 especies de serpientes. Algunas de ellas pueden tragarse, incluso, un venado entero, como la pitón.
Las serpientes respiran por pulmones y tienen un corazón con tres cavidades.
Las serpientes son ovíparas y sus crías, al nacer, ya pueden valerse por sí mismas. Aunque la mayoría de estos reptiles no son venenosos, no está demás desenvolverse con especial precaución en parques, campos y sabanas, pues al momento de un ataque no hay tiempo de diferenciar cual es y cual no es venenosa.

Luis M. García, es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. Se ha dedicado a la divulgación de la ciencia. Fue jefe de redacción de la revista “Ciencia al Día”. Actualmente es presidente del Círculo de Periodismo Científico de Venezuela (CPCV).

Foto: Cortesia de la Ciudad del Vino


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