jueves, 24 de enero de 2013


Jueves de economía, con Boris Ackerman *

El socialismo le empobrece /II

Dr. Boris Ackerman
Como ya hemos visto, muchas de las políticas que podrían identificarse con el supuesto bien colectivo que el discurso socialista pretende vender terminan por hacerlo más y más pobre a usted, que de buena fe pone el valor de su esfuerzo para construir su presente y futuro.
Pero no conforme con empobrecer a las personas y limitarlas, el socialismo es capaz de ir mucho más allá, tomando acciones que terminan por borrar del mapa el esfuerzo y sacrificio de vidas enteras.

¿Cómo lo hace?
Una vez se adueña del Estado, un gobierno socialista comienza a tomar medidas dirigidas a la destrucción del ciudadano, al cual los socialistas observan como su enemigo. En palabras sencillas, quien piensa libremente es un ser incómodo para quienes buscan uniformar al colectivo. Eso de querer construir y asegurar un futuro para sí mismo y para la familia le puede dar a una persona la capacidad de pensar y actuar con independencia y es claro que a los socialistas eso no les agrada, pues conocen la historia de los regímenes absolutistas previos al siglo XVIII que cayeron debido a  revoluciones encabezadas por los ciudadanos. Para protegerse y construir los mecanismos de perpetuación de sus modelos, los socialistas construyen una legalidad mediante la cual aplastan las posibilidades y el futuro de libertad de muchos ciudadanos.

Propiedad privada
La existencia de la propiedad privada ofrece a las personas una increíble libertad de acción, incentiva las posibilidades de invertir el fruto de su esfuerzo en nuevas alternativas de negocios, sin que exista mayor riesgo de perderlo por la arbitrariedad de algún funcionario público. Esos negocios son creadores de productos, de empleo y además demandarán bienes y servicios, brindando más oportunidades a las personas.
 La propiedad brinda libertad pues permite a las personas disponer de sus bienes cuando y como lo deseen y, con esos recursos, establecerse en otras localidades donde si la misma propiedad privada existe, tendrán el derecho de adquirir otros activos.
Para las personas con ideología socialista, la propiedad privada es un obstáculo, pues da oxígeno a las personas en cuanto a la posibilidad de vivir de lo que produzcan sus bienes y de invertir sus excedentes. La dependencia y la esclavitud de las mayorías o, al menos, el sometimiento a las ideologías es necesario para que los modelos socialistas se perpetúen, de ahí el ataque a la propiedad privada mediante numerosos mecanismos tales como las expropiaciones injustificadas, los altos impuestos, las dificultades en los traspasos y numerosas limitaciones en el uso y disposición de lo que a la gente le pertenece.
Sin propiedad privada, usted es más pobre. Independientemente de que tenga muchos bienes o no, el no tener la seguridad de que al adquirirlos podrá luego venderlos, impedirá numerosas actividades y le quitará oportunidades a futuro, esclavizándolo y depauperándolo.

Leyes malas
El intelectual Alberto Mansueti, en su obra Las leyes malas (y el camino de salida), establece lo siguiente:
* Las leyes deben ser juzgadas no por sus fines declarados, sino por sus efectos y resultados reales, no siempre visibles ni de corto plazo, pero muchas veces catastróficos;
* Sus  beneficios  no  operan  del  modo  en que  supone  y  alega  cada  una  en  su exposición de  motivos.  Sus  beneficiarios  no  siempre  son  los declarados,  sino  los  intereses  especiales  en cuyo exclusivo provecho son negociadas y dictadas.
*consumidores, a los trabajadores y a otras categorías y muchas veces perjudican hasta los mismos supuestos  defendidos e indirectamente al público en general.

De esta manera, se explica lo profusos que son los socialistas en la creación de leyes malas que pretenden regular todos los aspectos de la vida humana. De hecho, buscan normar todo para aumentar su control sobre la vida de las personas y usted, como contribuyente, consumidor o trabajador, puede verse afectado por estas al pagar más impuestos, al no obtener un producto debido a las excesivas regulaciones o al ver mermado su salario por las numerosas contribuciones que debe realizar la empresa en su nombre, sin que usted obtenga beneficio alguno por eso, a menos que usted sea de los pocos privilegiados que han sacado provecho a figuras como el Inces, el fondo habitacional o la ley de paro forzoso. O quizás sea de los que se contenten con que lo recibido por concepto de bono alimentario no tenga incidencia alguna en sus beneficios salariales y no pueda destinarse al ahorro o la inversión.

Crisis recurrentes
Los estados socialistas someten a la planificación central las actividades económicas de los países. La ideología de sus pensadores los lleva a concluir que para hacer que una nación avance es necesaria una planificación central que decida cuáles actividades acometer y que planifique en detalle cualquier misión o labor del ser humano.
El problema, según el pensador Friedrich Hayek, es muy sencillo, los planificadores socialistas carecen de la información suficiente para hacer las cosas con la misma eficiencia del mercado y terminan por hacer una pésima distribución de recursos que finaliza en crisis y miseria. Para muestra, basta mencionar los colapsos que afortunadamente hicieron salir del sistema socialista a la Unión Soviética y a todos los países de Europa Oriental.
Una forma que tienen los socialistas de ganar popularidad es con el gasto descontrolado y generalizado que concluye en la inmensa pérdida de poder adquisitivo de la moneda.
Aunque en sus inicios podría dar una idea de prosperidad pasajera, vea nada más la escasez y el encarecimiento generalizado que ocurre en nuestro país y la crisis que está a punto de ocurrir, la cual es total responsabilidad de los planificadores socialistas que manejan la economía del país.
No dude en ningún momento que esta coyuntura afectará el valor de su patrimonio y su calidad de vida en el muy corto plazo y que los socialistas, como siempre, culparán al ciudadano común. Acostúmbrese, los socialistas, en su infinita ineptitud, son incapaces de asumir las responsabilidades de sus propias acciones y decisiones.

*_El doctor Ackerman, es profesor de pre y postgrado de las Universidades "Simón Bolívar" y Católica "Andrés Bello",  máster en administración financiera del IESA y columnista el Diario "El Mundo, Economía y Negocios

Twitter: @PardeyBlogger        e-mail: jairopardeyarrieta@gmail.com


Acorde con la libertad de opinión y de pensamiento, norma fundamental de los Derechos Humanos, los conceptos y opiniones de emitidos por nuestros columnistas invitados son de su exclusiva responsabilidad.  El editor del Blogger no se hace responsable por la emisión de los mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario