Pesticida de amplia difusión
está ligado al Parkinson
Investigadores de la Universidad
de California demostraron que el Benomyl, usado en Argentina, Chile, Colombia,
El Salvador y Colombia, provoca proceso neurodegenerativo.
El benomyl es un fungicida
sistémico que se usa para el control de una amplia variedad de plagas antes de
la cosecha y como aspersión o polvo post cosecha. Ataca un vasto espectro de
enfermedades ocasionadas por hongos en hortalizas en general, frutas (manzanas,
cítricos, piñas, plátanos, damascos, duraznos cerezas, papayas, uvas y berries,
entre muchas otras), nueces, almendras, maní, paltas (aguacates), cebada, maíz,
arroz, soja, anís, plantas cucurbitáceas (pepino, melón, zapallo), plantas
ornamentales, callampas (hongos), lechugas, tomates, bulbos, árboles de sombra,
caña de azúcar, etc.
El descubrimiento lo hizo el
equipo de Bronstein y Arthur G. Fitzmaurice, estudiante de post doctorado, es
que ha logrado trazar de qué manera el pesticida provoca la enfermedad.
La exposición al pesticida
benomyl –prohibido en EE.UU., pero usado en Latinoamérica– está ligado a la
enfermedad de Parkinson. Así lo muestra un trabajo de neurólogos de la
Universidad de California (UCLA), en una primera conclusión tras años de
estudios, lo que abre la interrogante de si su uso no debería ser vetado en
nuestra región.
"Ya conocemos que en
modelos animales y cultivos celulares los pesticidas agrícolas gatillan un
proceso neurodegenerativo que provoca el Parkinson", dice sobre el tema
Jeff Bronstein, profesor de neurología de la UCLA y también director del
Programa de Trastornos del Movimiento.
Se refiere a los pesticidas
paraquat, maneb y ziram, hoy en uso en California. "Y los estudios
epidemiológicos -continúa- han demostrado que la enfermedad se produce a tasas
elevadas entre los agricultores y en las poblaciones rurales”. Es por ello que
“nuestro trabajo refuerza la hipótesis de que los pesticidas pueden ser
parcialmente responsables”.
Sucede que el benomyl
impide que una enzima llamada ALDH (aldehyde dehydrogenasa) anule una toxina
natural que produce el cerebro con su actividad, conocida como DOPAL. Entonces,
a medida que esta se acumula, comienza a dañar a las neuronas, inicialmente de
la zona llamada “sustancia nigra”, incrementando así el riesgo de sufrir
Parkinson.
Más allá de su conexión con
el Mal de Parkinson, resulta inquietante que el benomyl circule de manera
extendida en la región, luego que fuera prohibido en los EE.UU., en 2001,
debido a evidencia toxicológica que arrojó que podía causar tumores en el
hígado, malformaciones cerebrales, daños en el aparato reproductivo y
carcinogénesis.
Fuente:
América Economía
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