jueves, 21 de marzo de 2013


Jueves de economía, con Boris Ackerman *

Ocho sugerencias para bajar
sus gastos recurrentes

Dr. Boris Ackerman
Los gastos recurrentes representan una importante proporción de los desembolsos mensuales para la mayoría de las personas, pero en muchos casos se hace un mal uso de los recursos y se comprometen los ingresos aun antes de recibirlos.
Se trata de pagos que se hacen en forma mensual o periódica sin que necesariamente se adquiera nada nuevo con ellos, más bien son estipendios relacionados con servicios contratados o relacionados con bienes que usted se encuentra amortizando.

En palabras menos complejas, los gastos recurrentes son una forma de bajarse el sueldo aun antes de recibirlo. Son compromisos que nos obligan a repetir en forma periódica importantes desembolsos de dinero que quizás podrían ser ahorrados, invertidos o utilizados con otros propósitos más satisfactorios. De ahí que su estrategia deba orientarse a la reducción de dichos gastos.

Existen dos categorías de gastos recurrentes, a saber:
Servicios: teléfono fijo y móvil, electricidad y energía, condominio o mantenimiento de su vivienda, educación, televisión por cable, acceso a Internet, clubes o asociaciones.
Préstamos: pagos por hipoteca de vivienda, vehículo, tarjetas de crédito y por compra de muebles o electrodomésticos.
Es claro que ambas categorías deben ser abordadas y manejadas con astucia y disciplina y, si se toman las decisiones adecuadas, el resultado será excelente, imagínese aumentarse el sueldo sin tener que trabajar más y sin que sus condiciones y nivel de vida necesariamente decaigan, más bien con un poquito de disciplina y orden.

Trabajando sobre los servicios
Telefonía: ¿qué uso le da a sus teléfonos? ¿Utiliza realmente los minutos y planes de datos que ha contratado? De no ser así, cámbielos según sus verdaderos requerimientos. Por otra parte, ¿es posible revisar sus costumbres en el uso de los servicios de telefonía? Por ejemplo, sustituir llamadas por mensajes y mensajes de texto SMS por uso de herramientas en red o redes sociales como Whatsapp o Twitter. Debe enfocarse en sus verdaderas necesidades de comunicación y limitarse si el uso de los servicios de telefonía es excesivo e inútil.
Electricidad y energía: si bien las tarifas eléctricas en el país no son altas, el Estado nos ha sometido a sistemas de multas que obligan a hacer importantes desembolsos mensuales en caso de excedernos de la cantidad de kilovatios hora que algún funcionario ha decidido que es justo. Sin duda un absurdo, pues dependiendo de la región y del tamaño de la unidad familiar, los consumos pueden variar. Nuestra recomendación es la de buscar electrodomésticos y mecanismos de iluminación eficientes y activarlos únicamente cuando sea necesario.
Condominio y mantenimiento: Si bien nuestra capacidad de maniobra es bastante baja en este tipo de desembolsos, verificar los gastos de la junta de condominio y comprobar los verdaderos costos de mercado de los servicios que esta junta contrata y de los insumos que adquiere sirve como mecanismo de presión y, si bien no le caerá bien a miembros de juntas poco transparentes, probablemente le ayude a bajar en algo la factura de condominio.
Educación: su participación en las sociedades de padres debe orientarse a hacer presión para lograr transparencia administrativa. Otro criterio que va relacionado con los gastos en educación tiene que ver con la calidad, no se trata simplemente de buscar una baja en los costos, sino de obtener la mejor preparación en valores y conocimientos para sus hijos.

Televisión por cable: revise sus facturas de televisión por cable y analice el uso que le da. ¿Ve los canales por los cuales usted está pagando? ¿Con qué frecuencia? ¿Podría adquirir los programas o acceder a ellos de otra forma? ¿Paga por canales adicionales y no los usa? ¿Cuál es el costo de su servicio respecto a la competencia? En casos extremos, podría hasta plantearse la idea de desconectar el cable, por ejemplo, bajando las películas y series de su agrado de Internet.
Acceso a Internet: Debe evaluar el nivel de uso que le da y el ancho de banda que requiere. Si sus necesidades son inferiores a lo que contrata, podría revisar su plan.
Clubes, asociaciones y gimnasios: la gran pregunta respecto a ese tipo de organizaciones es si vale la pena subsidiar a otros. Si usted paga una mensualidad por algún club que no frecuente o al cual no le saque provecho (por ejemplo, usa el club para hacer sus negocios), lo que está haciendo es subsidiar y conseguir que otros paguen menos.
Préstamos: el endeudamiento es una herramienta excelente sobre todo si se pagan intereses inferiores al aumento de valor de mercado de los activos adquiridos. El problema es que dejan obligaciones que deben ser pagadas en el futuro.

Nuestras recomendaciones son:
- Contraiga deuda solo si compraría el bien independientemente de la forma en que deba pagarlo.
- Si va a endeudarse por un financiamiento barato y no necesita el bien, asegúrese de que pueda venderlo y sacar beneficios en el futuro.
- No caiga en el error de endeudarse para pagar servicios.
- Haga un plan de amortización y apéguese a lo previsto.

Lo ideal, querido lector, es tener una vida libre de obligaciones y con el mínimo posible de gastos recurrentes, de esa forma su condición financiera será más tranquila y podrá destinar recursos al ahorro y a la inversión, y estará caminando en el sendero correcto sin caer en dificultosos laberintos de los cuales quizás nunca consiga la salida.

*_El doctor Ackerman, es profesor de pre y postgrado de las Universidades "Simón Bolívar" y Católica "Andrés Bello",  máster en administración financiera del IESA y columnista el Diario "El Mundo, Economía y Negocios".
Twitter: @PardeyBlogger        e-mail: pardeyblogger@gmail.com

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