Jueves de
economía, con Boris Ackerman *
Ocho sugerencias para bajar
sus gastos recurrentes
Dr. Boris Ackerman |
Los gastos recurrentes representan una importante proporción de los
desembolsos mensuales para la mayoría de las personas, pero en muchos casos se
hace un mal uso de los recursos y se comprometen los ingresos aun antes de
recibirlos.
Se trata de pagos que se hacen en forma mensual o periódica sin que
necesariamente se adquiera nada nuevo con ellos, más bien son estipendios
relacionados con servicios contratados o relacionados con bienes que usted se
encuentra amortizando.
En palabras menos complejas, los gastos recurrentes son una forma de
bajarse el sueldo aun antes de recibirlo. Son compromisos que nos obligan a
repetir en forma periódica importantes desembolsos de dinero que quizás podrían
ser ahorrados, invertidos o utilizados con otros propósitos más satisfactorios.
De ahí que su estrategia deba orientarse a la reducción de dichos gastos.
Existen dos categorías de
gastos recurrentes, a saber:
Servicios: teléfono fijo y móvil, electricidad y energía, condominio o
mantenimiento de su vivienda, educación, televisión por cable, acceso a
Internet, clubes o asociaciones.
Préstamos: pagos por hipoteca de vivienda, vehículo, tarjetas de
crédito y por compra de muebles o electrodomésticos.
Es claro que ambas categorías deben ser abordadas y manejadas con
astucia y disciplina y, si se toman las decisiones adecuadas, el resultado será
excelente, imagínese aumentarse el sueldo sin tener que trabajar más y sin que
sus condiciones y nivel de vida necesariamente decaigan, más bien con un
poquito de disciplina y orden.
Trabajando sobre los servicios
Telefonía: ¿qué uso le da a sus teléfonos? ¿Utiliza realmente los
minutos y planes de datos que ha contratado? De no ser así, cámbielos según sus
verdaderos requerimientos. Por otra parte, ¿es posible revisar sus costumbres
en el uso de los servicios de telefonía? Por ejemplo, sustituir llamadas por
mensajes y mensajes de texto SMS por uso de herramientas en red o redes sociales
como Whatsapp o Twitter. Debe enfocarse en sus verdaderas necesidades de
comunicación y limitarse si el uso de los servicios de telefonía es excesivo e
inútil.
Electricidad y energía: si bien las tarifas eléctricas en el país no
son altas, el Estado nos ha sometido a sistemas de multas que obligan a hacer
importantes desembolsos mensuales en caso de excedernos de la cantidad de
kilovatios hora que algún funcionario ha decidido que es justo. Sin duda un
absurdo, pues dependiendo de la región y del tamaño de la unidad familiar, los
consumos pueden variar. Nuestra recomendación es la de buscar electrodomésticos
y mecanismos de iluminación eficientes y activarlos únicamente cuando sea
necesario.
Condominio y mantenimiento: Si bien nuestra capacidad de maniobra es
bastante baja en este tipo de desembolsos, verificar los gastos de la junta de
condominio y comprobar los verdaderos costos de mercado de los servicios que
esta junta contrata y de los insumos que adquiere sirve como mecanismo de
presión y, si bien no le caerá bien a miembros de juntas poco transparentes,
probablemente le ayude a bajar en algo la factura de condominio.
Educación: su participación en las sociedades de padres debe
orientarse a hacer presión para lograr transparencia administrativa. Otro criterio
que va relacionado con los gastos en educación tiene que ver con la calidad, no
se trata simplemente de buscar una baja en los costos, sino de obtener la mejor
preparación en valores y conocimientos para sus hijos.
Televisión por cable: revise sus facturas de televisión por cable y
analice el uso que le da. ¿Ve los canales por los cuales usted está pagando?
¿Con qué frecuencia? ¿Podría adquirir los programas o acceder a ellos de otra
forma? ¿Paga por canales adicionales y no los usa? ¿Cuál es el costo de su
servicio respecto a la competencia? En casos extremos, podría hasta plantearse
la idea de desconectar el cable, por ejemplo, bajando las películas y series de
su agrado de Internet.
Acceso a Internet: Debe evaluar el nivel de uso que le da y el ancho
de banda que requiere. Si sus necesidades son inferiores a lo que contrata,
podría revisar su plan.
Clubes, asociaciones y gimnasios: la gran pregunta respecto a ese tipo
de organizaciones es si vale la pena subsidiar a otros. Si usted paga una
mensualidad por algún club que no frecuente o al cual no le saque provecho (por
ejemplo, usa el club para hacer sus negocios), lo que está haciendo es
subsidiar y conseguir que otros paguen menos.
Préstamos: el endeudamiento es una herramienta excelente sobre todo si
se pagan intereses inferiores al aumento de valor de mercado de los activos
adquiridos. El problema es que dejan obligaciones que deben ser pagadas en el
futuro.
Nuestras recomendaciones son:
- Contraiga deuda solo si compraría el bien independientemente de la
forma en que deba pagarlo.
- Si va a endeudarse por un financiamiento barato y no necesita el
bien, asegúrese de que pueda venderlo y sacar beneficios en el futuro.
- No caiga en el error de endeudarse para pagar servicios.
- Haga un plan de amortización y apéguese a lo previsto.
Lo ideal, querido lector, es tener una vida libre de obligaciones y
con el mínimo posible de gastos recurrentes, de esa forma su condición
financiera será más tranquila y podrá destinar recursos al ahorro y a la
inversión, y estará caminando en el sendero correcto sin caer en dificultosos
laberintos de los cuales quizás nunca consiga la salida.
*_El doctor Ackerman, es
profesor de pre y postgrado de las Universidades "Simón Bolívar" y
Católica "Andrés Bello", máster en administración financiera
del IESA y columnista el Diario "El Mundo, Economía y Negocios".
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