La inmunoterapia: nueva esperanza
en la lucha contra el cáncer
Un 47 por ciento de los
pacientes con melanoma avanzado tratados con inmunoterapia respondió positivamente y, de ellos, casi 9 de cada 10 tuvieron una reducción del tumor
superior al 80 por ciento en menos de tres meses, revela uno de los estudios.
Jedd Wolchok |
La comunidad científica es muy cauta a la hora de presentar nuevos
avances en el tratamiento de las enfermedades, para no crear falsas esperanzas
en los pacientes. Sin embargo, hay ocasiones en que es difícil ocultar el
optimismo. En el último Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica,
celebrado a hace tres meses en la ciudad de Chicago, se vivió uno de esos
momentos.
No podía ser de otra manera, porque allí se presentaron los resultados
del que parece ser el avance más importante de los últimos tres lustros en el
tratamiento contra el cáncer. Estamos hablando de la inmunoterapia oncológica,
que podría suponer un antes y un después en la lucha contra esta enfermedad.
Dos de los grandes protagonistas de dicho Congreso fueron Antoni
Ribas, médico español que trabaja para en el Jonsson Comprehensive Cancer
Center de la Universidad de California en Los Ángeles, y Jedd Wolchok,
investigador del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
Ambos científicos presentaron los resultados de dos ensayos clínicos
que, aunque desarrollados en centros de investigación diferentes, tienen dos
puntos en común. El primero, que suponen una nueva esperanza en la lucha contra
el cáncer y, el segundo, que ambos están basados en la inmunoterapia.
En el caso del ensayo que presentó el doctor Ribas, se trató a un
total de 135 pacientes con melanoma avanzado (tipo de cáncer de piel más severo)
y un pronóstico muy malo, ya que se habían quedado sin opciones de tratamiento.
Según explica el investigador, lo que hicieron exactamente fue bloquear
un freno que tiene el sistema inmunitario, el PD-1/PD-L1. Esta interacción permite
al cáncer esconderse del sistema inmunitario y, al bloquearla, conseguimos que
las células T, es decir, las células blancas de la sangre que tienen la
capacidad de reconocer y matar a células cancerígenas, hagan su trabajo y
ataquen al cáncer.
Los resultados no pudieron ser más esperanzadores. Los pacientes
fueron divididos en tres grupos, que recibieron diversas dosis y, en el grupo
que fue mejor, un 52 por ciento de ellos respondió al tratamiento. Además, y
también dentro de dicho grupo, en uno de cada cinco de ellos se consiguió que
el cáncer desapareciera por completo y no quedara ningún rastro del mismo en el
organismo.
Los resultados del estudio en el que participa Jedd Wolchok fueron muy
similares. En total, un 47 por ciento de los pacientes con melanoma avanzado
tratados con inmunoterapia respondió positivamente y, de ellos, casi 9 de cada
10 tuvieron una reducción del tumor superior al 80 por ciento en menos de tres
meses.
Restaurar la capacidad del
sistema inmune
¿Cómo lo lograron? La respuesta es que utilizaron la inmunoterapia,
también llamada terapia biológica o bioterapia, un tipo de tratamiento que
ayuda a estimular o restaurar la capacidad del sistema inmunitario para luchar
contra el cáncer, las infecciones y otras enfermedades.
Antoni Ribas |
Según el investigador Antoni Ribas, la inmunoterapia ha sido el
tratamiento con más éxito en medicina en el siglo
pasado, con el gran beneficio dado por las vacunas para enfermedades
infecciosas.
La inmunoterapia en el tratamiento de las enfermedades oncológicas no
es nueva, sino que se desarrolla en todo el mundo desde hace ya más de un
siglo. El problema es que, en el caso concreto del tratamiento contra el
cáncer, el éxito no había sido similar.
El principal problema es que nuestro sistema inmunitario está
preparado para atacar cosas que vienen de fuera, y no funciona tan bien para
cosas que crecen de dentro, como el cáncer explica el científico. Pero al entender mejor la biología de cómo el sistema inmunitario puede reconocer células cancerígenas, y de cómo procesos de autorregulación
negativa del sistema inmunitario limitan este reconocimiento, ahora podemos
llevar a los pacientes una nueva generación de tratamientos que bloquean estos
procesos de control negativo.
Un tercer participante
El doctor Josep Tabernero, director del ValldHebron Instituto de Oncología (VHIO) y jefe del Departamento de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d'Hebron -que también colabora en un ensayo clínico basado en un fármaco de la misma familia que los
anteriores y que se ha probado en pacientes con distintos cánceres-, nos ha
ayudado a comprender la diferencia entre estos tratamientos y los anteriores.
Los tumores son capaces de producir unas sustancias que bloquean la
capacidad del sistema inmune de las personas -aclara el científico-, y lo que
conseguimos con estos tratamientos nuevos, precisamente, es eliminar este
bloqueo, volviendo a activar la inmunidad propia del organismo, que está
pensada para luchar contra la enfermedad.
Estos tratamientos, lo que han hecho es desactivar ese bloqueo que
hacían las células tumorales contra las células inmunes del organismo que
pretendían destruirlas. Se han conseguido quitar una serie de anticuerpos
tumorales que bloquean estas proteínas, haciendo que la inmunidad se vuelva a
activar, continúa.
Josep Tabernero |
¿Cuándo estarán disponibles?
Aunque los resultados de los ensayos clínicos han sido muy
prometedores, lo cierto es que ninguno de estos tratamientos ha obtenido por el
momento la aprobación de las autoridades sanitarias, ni en Estados Unidos ni en
Europa.
Josep Tabernero explica que mientras es probable que para los tumores
en los cuales se ha ensayado más, como es el caso del melanoma, estén
disponibles en un par de años, en
el caso de los tumores sólidos
pasará más tiempo, porque los estudios
acaban de empezar, mostrando datos preliminares pero muy esperanzadores.
Al hablar de futuro, una de las máximas preocupaciones de la comunidad
científica es si, cuando estén aprobados, estos tratamientos llegarán o no a
todos los pacientes, debido tanto al alto coste que suponen como a la mala
coyuntura económica.
En este sentido, Tabernero se muestra optimista. Debemos hacer un esfuerzo entre
todos por adecuar lo existente. Primero, el precio de los medicamentos, y,
después, hay que seleccionar
a los pacientes que más se pueden beneficiar de estos tratamientos, algo en lo
que ya estamos trabajando muchos grupos de investigadores. Porque hay que
obtener terapias que sean altamente efectivas, y ese el gran reto que tendremos
en los próximos años. Pero yo soy muy optimista en esto y creo que vamos a ser
capaces de hacer este esfuerzo.
De la misma opinión se muestra Antoni Ribas, que está seguro de que serán costosos, pero también de que, al conseguir tratar de
forma efectiva y duradera a una proporción importante de pacientes que ahora no
tienen tratamientos con una respuesta duradera, serán coste-efectivos para la
sociedad en general.
Lo que está claro añade, es que los estudios iniciales
con anticuerpos anti-PD-1 o anti-PD-L1 sugieren que esta clase de fármacos inmunoterápicos tendrán un gran impacto en oncología, y puede que también
sean útiles para enfermedades
infeccionas crónicas donde
ahora no tenemos buenos fármacos.
Habrá que esperar para ver cuándo y en qué condiciones llegan estos
fármacos a la sociedad. Lo que sí parece estar claro es que ofrecen un futuro
prometedor, y no solo a nivel terapéutico.
Según un reciente estudio del banco estadounidense Citigroup, en un
futuro esta nueva familia de medicamentos podría convertirse en la más exitosa,
económicamente hablando, de la historia, con ventas potenciales de 35.000
millones de dólares anuales..
Fuentes: Website La
Informacion, Cancer Research Institute y Fero: Fundacion de Investigacion
Oncologica.
Fotos: Cortesia de Website
de Benjamín Recacha; Cancer Research
Institute y Fero. Fundacion de Investigacion Oncologica.
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