jueves, 4 de julio de 2013

Jueves de economía con Boris Ackerman

Los peligrosos dogmas de la autoayuda
  
Dr. Boris Ackerman
Aunque hay personas supe exitosas que jamás pisaron una universidad, eso no aplica a la mayoría. La educación superior sigue siendo la mejor forma de acercarse al conocimiento.
Escribir una columna semanal es sin duda una aventura muy interesante que nos invita a ser creativos y a escudriñar información de distintas fuentes, a veces en forma intencional y, en otras oportunidades, no tanto. El día de hoy las musas salieron del lugar menos pensado, de un video de Youtube que poco tendría que ver con el asunto que vamos a abordar, si no fuera por una serie de comentarios anexos que dieron pie al tema que hoy queremos tratar.
Siendo más concretos, buscando información acerca del gravísimo conflicto desatado en las universidades autónomas debido al abandono de estas por parte del Estado, nos encontramos con un video en el cual estudiantes de la Universidad Simón Bolívar invitan al país a visitar la institución para constatar la penosa realidad que se vive en esta. Presentamos el enlace al video:

Esperando encontrar, entre los comentarios, posiciones a favor o en contra del conflicto, en algunos casos en defensa de los estudiantes y profesores que con plena justificación protestan y, en otros, en apoyo a la visión que presenta el oficialismo, nos conseguimos, sin embargo, con personas que  más bien critican la propia existencia de las universidades con argumentos que, al ser públicos, me doy la libertad de citar a continuación: 
"Había una vez una época donde los maestros enseñaban a los alumnos a 'pensar' más que repetir lo que se le decía. Ejemplo, los griegos. Igualmente, ocurrió con Bolívar, Descartes y demás personas que han hecho historia. Mis preguntas: ¿esas personas necesitaron ir a la universidad?, ¿no se han dado cuenta que las universidades matan la creatividad del individuo?, ¿tanto estudiar para terminar trabajándole a otro que no estudió?, ¿por qué seguimos repitiendo la idea obsoleta de ir a la universidad para ser alguien?".
Más adelante, el mismo comentarista, que utiliza el nombre de "Frank Co", cita con insistencia al autor Robert Kiyosaki en frases como esta:
"La universidad es un perfeccionamiento de la era industrial para crear 'empleados'. Por eso, dice Kiyosaki, el peor consejo que usted le puede dar a un muchacho hoy en día es que vaya a la universidad para que se saque un cartón. Saben quién es Robert Kiyosaki, me imagino. El sistema educativo fue diseñado bajo el modelo prusiano para mantener a la gente "ocupada" y evitar que se subleven. Crea personas dóciles, faltos de carácter y paradójicamente baja autoestima y alto ego".
En resumen, no dejan de ser interesantes y tentadores los pensamientos de Frank Co, quien sin duda hace una crítica bastante fuerte a los métodos y estrategias de enseñanza utilizadas en las instituciones de educación superior. Está claro que la universidad no es la perfección, pero también que la perspectiva de Frank es incompleta y no del todo justa. Más bien, se adapta plenamente a dogmas y a apelativos provenientes de movimientos de autoayuda que tienden a elevar sobremanera la autoestima de las personas, pero que -a la larga- ofrecen resultados limitados o nulos y pasan a convertirse en cultos poco racionales.
Resulta más que tentador atacar a las universidades como formadoras de empleados, lo que no se toma en consideración es que la universidad es una entidad en constante cambio. Que la tendencia contemporánea en las universidades se orienta más bien al modelo emprendedor, con la increíble ventaja de que los universitarios obtienen conocimientos mucho más cercanos al llamado "estado del arte" que los que se pueden sacar en la calle. 
El modelo de universidad que tanto cita Kiyosaki sin duda aún existe, pero poco a poco está siendo reemplazado por el de instituciones que cada vez imparten más y más materias relacionadas con el tema emprendedor. Son claros ejemplos la Universidad Metropolitana, que incluye en sus programas un eje transversal orientado al emprendimiento; la Universidad del Valle del Momboy, en Trujillo, cuyas metodologías de enseñanza están plenamente guiadas por la cultura emprendedora; y la Ucab, que se encuentra en plena revisión de sus programas para darles una orientación emprendedora.
La misma Universidad Simón Bolívar incluye cada vez más asignaturas orientadas al emprendimiento y la innovación y se encuentra en proceso de añadir, como alternativa de proyecto de grado, la presentación de un modelo empresarial.
Por otra parte, muchas de las asignaturas que brinda la universidad tradicional van orientadas a enseñar a los jóvenes  a pensar, a resolver problemas, a ejecutar proyectos. Materias como cálculo permitirán al estudiante desarrollar herramientas lógicas en la resolución de futuros problemas que enfrentará en su vida profesional o empresarial.
La ventaja que brindan las universidades formales sobre lo que podría defender el amigo Frank Co radica en que estas -con virtudes, defectos, mediocridad o creatividad- tienden a acercar un poco más a las personas a las tendencias del conocimiento y gran parte de la información y los datos actuales no están en la calle, están en las instituciones, en los investigadores que destinan años y años de estudio a construir ideas y experimentos, que luego, en algunos casos, terminan siendo utilizados en la vida diaria. Desde tecnologías hasta formas de pensar, pasando por avances en ciencias de la salud, provienen de las universidades.
El problema de la gran mayoría de los pensadores de autoayuda consiste en sobre simplificar el mundo y partir de que su método y punto de vista es la única verdad. Esto, en una sola palabra, se llama dogma y, lamentablemente, los dogmas no nos llevan a ningún lado. El mismo Kiyosaki fue a la quiebra el año pasado y, sin duda, muchas de sus ideas demostraron graves carencias durante la crisis inmobiliaria que se vivió en los Estados Unidos.
Así que amigos lectores, si quieren que sus hijos prosperen, bríndenles una educación de calidad, crítica y orientada a pensar, no a repetir mantras, independientemente de dónde provengan, a resolver problemas y a actuar.
La gran ventaja de las universidades es que estas los acercarán al conocimiento y les brindarán herramientas que les podrán servir para desarrollar ideas que podrán hacerlos prosperar en muchos campos.

*_El doctor Ackerman, es profesor de pre y postgrado de las Universidades "Simón Bolívar" y Católica "Andrés Bello",  máster en administración financiera del IESA y columnista el Diario "El Mundo, Economía y Negocios".


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