sábado, 4 de mayo de 2013

Ingeniero nuclear, Leancy Clemente

India, un país para tomar de ejemplo

Cuenta con abundante talento: produce 200.000 ingenieros, 300.000 técnicos y más de 3 millones de universitarios cada año.

¿Sabía usted que cuando llama por teléfono a la General Electric, IBM, Microsoft, LG, Sony, Westinghouse o cualquier empresa vendedora de algún dispositivo electrónico, para solicitar soporte técnico o cualquier tipo de información relacionada con su equipo, le atiende un especialista que está ubicado en un centro de llamadas (call center) en la India?
Uno no lo percibe porque la persona que nos atiende habla perfectamente el idioma del cliente, dependiendo del origen de la llamada (idioma) es enrutada a un especialista que habla esa lengua en particular.
Dos términos son los que actualmente están dirigiendo la economía india hacia los primeros puestos del ránking mundial: outsourcing, o subcontratación, y offshoring, o subcontratación en el extranjero.

Taj Mahal, joya de la arquitectura indu

Ganesh Prabhu, Director de desarrollo de negocio de WiPro Technologies, define el nuevo paradigma de la siguiente manera: “todo lo que se pueda digitalizar se puede subcontratar, y todo lo que se pueda digitalizar y subcontratar, se puede desarrollar directamente en otro país”. No en vano su compañía, con base en Bangalore (India), aparece en los primeros puestos del ránking mundial de offshoring en cuanto a servicios, desarrollo de software y gestión de call centers.
Cada vez son más las compañías de todo el mundo que apuestan por el llamado Bussiness Proces Outsourcing (BPO), subcontratando la gestión de algunos procesos a empresas especializadas. Según Anju Kumar, agregada comercial de la Embajada de la India en Madrid, “India es responsable de casi el 70% de la industria global en offshore de Tecnología Informática, y casi la mitad de la industria de BPO global”.
IBM, Microsoft, Cisco Systems e Intel han anunciado inversiones en India por valor de 10.000 millones de dólares
El interés de las empresas por este país asiático es cada vez más evidente, como lo demuestra, por ejemplo, la inversión de 6.000 millones de dólares en tres años anunciada por IBM a principios de junio del 2012. Este acuerdo se suma a otras inversiones multimillonarias, como la de 3.900 millones de dólares que anunciaron conjuntamente Microsoft, Intel y Cisco Systems.

¿Por qué India?
Nitin Seth, Consultor estratégico de la multinacional McKinsey en India, asegura que el país “cumple con todos los requisitos para liderar el mercado de offshoring mundial”.
Por una parte, India cuenta con abundante talento: produce 200.000 ingenieros, 300.000 técnicos y más de 3 millones de universitarios cada año. A estas cifras hay que sumarles también el hecho de que muchos estudiantes se trasladan a lo largo de la etapa universitaria a los Estados Unidos y otros países del primer mundo para completar su formación. No obstante, la agregada comercial de la Embajada de la India en Madrid reconoce que “aunque actualmente el nivel de inversión en educación ya es importante, y se están realizando esfuerzos para incrementarlo, todavía hay que prepararse mucho mejor para el futuro”.
El inglés como idioma oficial proporciona un valor agregado a la mano de obra del país.
Por otro lado, los costos de mano de obra son mucho más reducidos que en la mayoría de países desarrollados, donde la proporción media se sitúa en 4 veces más de sueldo por la misma tarea.
Talento a buen precio es un fórmula mágica para atraer inversiones extranjeras, aunque “todavía quedan algunos puntos débiles como la escasez de infraestructuras o la herencia de un derecho laboral complicado”, según afirma Rama Velamuri, profesor del IESE.
A pesar de que estas condiciones también se dan en otras economías emergentes como podría ser China, existe un valor diferencial que ha provocado que la externalización de servicios se concentre en India: el idioma. Las empresas anglosajonas que externalizan sus call centers, por ejemplo, necesitan que las personas que vayan a atender a sus clientes hablen a la perfección el inglés, cosa que en China es un hecho poco habitual. Lo mismo ocurre con las empresas de todo el mundo que mantienen relaciones internacionales y que por tanto necesitan que su plantilla, sea de donde sea, domine este idioma.
Un iPhone de 600 euros es prohibitivo para muchos, pero un móvil de 19 euros, no. El coche es un sueño, pero a 1.500 euros ya se puede convertir en realidad. Mercado y pobreza no son dos términos que suelan ir juntos. Sin embargo, en un país mayoritariamente rural y donde 300 millones de personas viven con un dólar al día, la tecnología se abarata para llegar a un mercado impensable. Desde la aparición en julio del 2012 del Nano, el minúsculo coche de Tata que cuesta 1.500 euros, las empresas indias han materializado el eslogan de "bueno, bonito y barato", con la ayuda fundamental de los microcréditos.
Durante años el papel de las empresas tecnológicas indias ha sido reducir los costes de producción de las occidentales. No obstante, el segundo país más poblado del mundo (1.200 millones de personas) está rompiendo las cadenas.
India es también un gigantesco laboratorio gracias a sus propias contradicciones: cada año salen de la Universidad decenas de miles de ingenieros de calidad inigualable, millones de personas rozan la pobreza, pero la clase media crece a un ritmo vertiginoso gracias a la adopción de la tecnología por parte de las clases más humildes.
Nokia vende millones de móviles a 19 euros, Citibank emplea un servicio de reconocimiento por huella dactilar para abrir cuentas bancarias y así sortear la masiva indocumentación de la gente, Microsoft desarrolla programas de lectura para los analfabetos.

Inventos baratos
Su éxito se debe a la originalidad de su producción: no se comercializan copias baratas, los inventos son funcionales y atractivos. ¿De dónde procede este ímpetu creador? Algunos aluden a la paradoja india: la mitad de la pobreza mundial se encuentra aquí, pero también está aquí la mayor fábrica de ingenieros informáticos del mundo, el Indian Institute of Technology, y Bangalore, el segundo Silicon Valley.
"Por primera vez se puede poner la tecnología al servicio de los pobres. Cuando vives aquí no puedes cerrar los ojos. Un día, de camino al trabajo, casi piso la cabeza de un bebé. Estaba allí, tirado en medio de la acera". Es el crudo recuerdo del estadounidense Sean Blagsvedt, que llegó hace cinco años al país para trabajar con Microsoft y es el creador de Babajob.com, una bolsa de empleo para los necesitados.
Pero los pobres de ayer están dejando de serlo. Un estudio del instituto McKinsey señala que India pasará de 50 millones de personas de clase media en 2005 a 583 millones en 2025. Un mercado gigantesco -el quinto del mundo- y muy apetecible para el gran consumo.

Este año, 2013 estará por el orden de los cien millones.
La próxima semana vamos a tratar sobre el Premio Fundación Empresas Polar "Lorenzo Mendoza Fleury"
Se otorga cada dos años, desde 1983, a científicos venezolanos en las áreas de Biología, Física, Matemática, Química y sus respectivas interdisciplinas, evaluando el talento, la creatividad y productividad de cada uno de ellos en sus respectivas especialidades.

El doctor Clemente, es ingeniero nuclear, egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts, de los Estados Unidos de Norteamérica y una maestría en esa prestigiosa institución. Se desempeño como representante por Venezuela ante la Organización Internacional de Energía Atómica. Actualmente es presidente de la Sociedad Nuclear de Venezuela y profesor en su especialidad de varias universidades venezolanas y colaborador de varias publicaciones científicas en esta área.

Twitter: @PardeyBlogger        e-mail: pardeyblogger@gmail.com


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