Ciencia para jóvenes, con Luis M. Garcia (*)
Los
agujeros negros son
enormes
aspiradoras cósmicas
Si algunos cuerpos celestes albergan grandes enigmas
que los sitúan en el pórtico de la ficción, son los agujeros negros. De hecho,
no hay acuerdo entre los científicos para definirlos con claridad.
Se entiende que los agujeros negros son regiones o
áreas situadas en la dimensión espacio-tiempo, generados por una gran
concentración de materia en su interior, con una densidad tal que producen una
energía o campo gravitatorio que se comparta como una gran aspiradora cósmica o
que atrae todo a su alrededor, de lo cual no se salva ni la luz.
El espacio de succión de un agujero negro está
delimitado en lo que se llama «horizonte de sucesos» que lo separa del resto
del cosmos.
Los agujeros negros estarían compuestos de masa
estelar, carga eléctrica y lo que los físicos llaman momento angular, todo ello
en cuatro dimensiones.
Hasta el
presente no es posible describir
lo que ocurre en el interior de
un agujero negro y apenas pueden
observarse sus efectos sobre la
materia y la energía en las zonas externas y
cercanas al llamado «horizonte de sucesos».
Para explicar estos fenómenos físicos se recurre a dos
teorías contradictorias entre si: La mecánica cuántica, que explica la
naturaleza de lo «muy pequeño» y la relatividad general que explica las
características de lo «muy pesado».
Luis M. García,
es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. Se
ha dedicado a la divulgación de la ciencia. Fue jefe de redacción de la revista
“Ciencia al Día”. Actualmente es presidente del Círculo de Periodismo
Científico de Venezuela (CPCV).
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