jueves, 16 de mayo de 2013



Ciencia para jóvenes, con Luis M. Garcia (*)

Los agujeros negros son
enormes aspiradoras cósmicas


Si algunos cuerpos celestes albergan grandes enigmas que los sitúan en el pórtico de la ficción, son los agujeros negros. De hecho, no hay acuerdo entre los científicos para definirlos con claridad.
Se entiende que los agujeros negros son regiones o áreas situadas en la dimensión espacio-tiempo, generados por una gran concentración de materia en su interior, con una densidad tal que producen una energía o campo gravitatorio que se comparta como una gran aspiradora cósmica o que atrae todo a su alrededor, de lo cual no se salva ni la luz.
El espacio de succión de un agujero negro está delimitado en lo que se llama «horizonte de sucesos» que lo separa del resto del cosmos.
Los agujeros negros estarían compuestos de masa estelar, carga eléctrica y lo que los físicos llaman momento angular, todo ello en cuatro dimensiones.
Hasta  el presente  no es posible  describir  lo que ocurre  en el interior de un agujero  negro y  apenas pueden  observarse sus efectos sobre  la materia y  la energía en las zonas  externas y  cercanas al llamado «horizonte de sucesos».
Para explicar estos fenómenos físicos se recurre a dos teorías contradictorias entre si: La mecánica cuántica, que explica la naturaleza de lo «muy pequeño» y la relatividad general que explica las características de lo «muy pesado».

Luis M. García, es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. Se ha dedicado a la divulgación de la ciencia. Fue jefe de redacción de la revista “Ciencia al Día”. Actualmente es presidente del Círculo de Periodismo Científico de Venezuela (CPCV).




















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