La guerra en siria y el papel de la ONU
“El panorama en ese país es extremadamente grave y empeora cada
día”, y “por el momento, la suerte de esa nación árabe no se decide en la
Asamblea de la ONU, en Nueva York, sino sobre el terreno, por las armas”.
El drama sirio figurará en un lugar destacado en los discursos y
problemas a debatir en la 67º Asamblea General de la ONU, pero también lo será
al margen de la reunión. Una sesión ministerial del Consejo de Seguridad será
dedicada a analizar la Primavera Árabe, donde los ministros seguramente
analizarán el problema sirio.
Los amigos de Damasco, un grupo de países occidentales y árabes
que apoyan a los opositores del presidente Bashar al Asad, se reunirá para
evaluar los medios para unificar a esa oposición y preparar el período
post-Asad.
El Consejo de Seguridad está paralizado por Moscú y Pekín, que han
rechazado todas las iniciativas occidentales de hacer presión sobre Siria. “Por
el momento, la suerte de Siria no se decide en Nueva York, sino sobre el terreno,
por las armas”, señaló un diplomático que solicitó el anonimato a un periodista
del New York Time.
Quedan los numerosos encuentros bilaterales que la ocasión de la
Asamblea permite organizar en terreno neutral. Rusia y China no estarán
representadas en Nueva York más que a nivel ministerial y el primer ministro
turco Recep Tayyip Erdogan, cuyo país recibe a millares de refugiados sirios,
no asistirá a la Asamblea.
El representante especial de la ONU y de la Liga de Estados Árabes
para Siria, Lakhdar Brahimi, informó al Consejo de Seguridad que el panorama en
ese país es "extremadamente grave y empeora cada día", además de que
no prevé un pronto emprendimiento del diálogo entre el gobierno y la oposición.
En declaraciones a la prensa tras la sesión cerrada del Consejo,
Lakhdar Brahimi reconoció que por el momento no tiene un plan definido para
alcanzar una solución a la crisis siria, aunque confió en encontrar un espacio
para la paz en un futuro "no muy distante".
"Me rehúso a pensar que la gente razonable no se dé cuenta de
que no se puede volver al pasado, que no se pueda regresar a la Siria de antes.
Creo que le he dicho a todos, en Damasco y en todas partes, que la reforma ya
no es suficiente, que lo que hace falta es un cambio”.
Agregó que el plan de seis puntos para la paz en Siria promovido
por su antecesor –que incluía un alto el fuego y el inicio de un diálogo –, al
igual que la Declaración de Ginebra, sigue siendo una de sus herramientas
aunque aún no sabe si se la usará.
Luego de afirmar que el conflicto en Siria constituye una amenaza
para la región y para la paz mundial, el diplomático argelino adelantó que
después del Debate de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU regresará a Medio
Oriente para continuar su trabajo, pero subrayó la urgencia de que el Consejo
de Seguridad actúe unido.
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