domingo, 24 de febrero de 2013


Valores estadounidenses

George Washington
ocupa un lugar sagrado
en la psiquis de su pueblo


El pasado 22 de febrero se cumplieron 281 años del natalicio de George Washington - el primer presidente estadounidense, comandante del Ejército Continental, presidente de la Convención Constituyente, y plantador caballero. Estos fueron los roles en los que Washington se ejemplifica carácter y liderazgo, ganando el título de "Padre de la Patria" y un lugar sagrado en la psique nacional de Estados Unidos.
El niño George, nació a orillas del a orillas del río Potomac, en la finca de Bridge's Creek, en el antiguo condado de Westmoreland, en el actual estado de Virginia. Pertenecía a una distinguida familia inglesa, oriunda de Northamptonshire, que había llegado a América a mediados del siglo XVII y había logrado amasar una considerable fortuna. Su padre, Augustine, dueño de inmensas propiedades, era un hombre ambicioso que había estudiado en Inglaterra y que al enviudar de su primera mujer, Jane Butler, quien le había dado cuatro hijos, contrajo segundas nupcias con Mary Ball, de una respetable familia de Virginia, que le dio otros seis vástagos, entre ellos George.
Poco se sabe de la infancia del futuro presidente, salvo que sus padres lo destinaban a una existencia de colono y por ello no fue más allá de las escuelas rurales de aquel tiempo.
Cuando tenía once años, murió su padre y pasó a la tutela de su hermanastro mayor, Lawrence, un hombre de buen carácter que, en cierta forma, fue su tutor. En su casa, George conoció un mundo más amplio y refinado, pues Lawrence estaba casado con Anne Fairfax, una de las grandes herederas de la región y acostumbraba codearse con la alta sociedad de Virginia.

Su vocación militar
Escuchando los relatos de su hermanastro, se despertó en él una temprana vocación militar y a los catorce años quiso hacerse soldado, aunque tuvo que desechar la idea ante la férrea oposición de su madre, quien se negó a que siguiera la carrera de las armas.
A los veinte años ocurrió un cambio decisivo en su vida, que lo convirtió en cabeza de familia. Una tuberculosis acabó con la vida de Lawrence en 1752 y George heredó la plantación de Mount Vernon, una enorme finca con 8.000 acres y 18 esclavos. Así, pues, pasó a ser uno de los hombres más ricos de Virginia.
Aun con inmensa fortuna, su vocación de soldado no había muerto, y entre sus planes figuraba ser también un brillante militar.
El dominio de América del Norte para la época, era disputado por los  ingleses y franceses.  Washington se alistó en el ejército, y poco después de la muerte de su hermanastro fue nombrado por el gobernador Robert Dinwiddie comandante del distrito.
En 1756, declarada la guerra de los Siete Años, que para los colonos ingleses en América suponía la lucha por su expansión frente al predominio francés, Washington fue designado teniente coronel del regimiento de Virginia, a las órdenes del general Fry. Al morir éste en combate, le sucedió como jefe supremo de las fuerzas armadas del condado, pasando poco después a formar parte del estado mayor del general Braddock, que dirigía las tropas regulares enviadas por Inglaterra. El 9 de julio de 1755 se distinguió en la batalla de Monongahela por su coraje y capacidad de decisión, si bien ésta acabó en un desastre para los ingleses.

El constructor de la Unión
En plena guerra, en 1778, el Congreso había promulgado la Ley de Confederación, primera tentativa para constituir un bloque homogéneo con los trece estados de la Unión. Pero esta fórmula política dio escasos resultados, pues la guerra y la posguerra exigían más un poder central fuerte que un gobierno sin atribuciones. En la cumbre del prestigio y la fama, después de los triunfos militares, Washington tuvo que hacer frente a los problemas de la reconstrucción nacional..
Cuando uno de sus oficiales sugieren que George Washington convertirse en rey, firmemente poner fin a todas las ideas nuevas de ese tipo. A pesar de todo, Washington abogó por el control civil de los militares, por establecer una Constitución y al final del conflicto, abandonó el poder, personalmente renunciar a su comisión militar ante el Congreso.
Después de su carrera militar, Washington fue elegido para dirigir la Asamblea Constituyente, que elaboró ​​las directrices para una nueva forma de gobierno - una república. Elegido el primer presidente del país, Washington tuvo que resolver este nuevo tipo de paso de trabajo a paso, sabiendo que estaba sentando precedentes para aquellos que lo siguen en el cargo.
La Carta de Derechos se convirtió en ley durante su primer mandato, para garantizar la protección de los ciudadanos estadounidenses a un gobierno federal más de gran alcance. En su segundo mandato, Washington tomó personalmente al campo para sofocar la rebelión del whisky y demostrar que el gobierno federal tenía el derecho de hacer y recaudar impuestos. Se sentó el precedente de renunciar a la oficina después de dos períodos, lo que subraya el hecho de que la presidencia no era una cita de toda la vida.
En la vida privada, liderada por ejemplo, tratando de hacer Mount Vernon un nuevo modelo de agricultura basada en la ciencia, con el fin de beneficiar a otros agricultores. Él experimentó con cultivos y fertilizantes y continuamente busca las mejores innovaciones. Como hombre de negocios, tomó ventaja de las oportunidades que ofrece su entorno, con el tiempo corriendo pesca floreciente, un gristmill, y la mayor destilería del país.
Él era un padre sustituto para varias generaciones de jóvenes y sirvió durante años en la sacristía de su iglesia. Entre los últimos actos de su vida, Washington trató de influir en los demás, como lo hizo provisiones en su voluntad de liberar a todos los esclavos que pertenecían a él.
Los dos últimos años de su vida, ya en la declinación de sus facultades físicas, los dedicó a cuidar de su familia y sus propiedades, salvo una breve interrupción en 1798, cuando se le nombró comandante en jefe del ejército ante el peligro de una guerra con Francia. En el invierno siguiente, Washington regresó a su casa agotado por una cabalgata de varias horas, por el frío y la nieve. Una aguda laringitis lo llevó a la muerte el 14 de diciembre de 1799.

Fuentes: George Washington Mount Vernon y Biografías y Vidas

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