martes, 24 de septiembre de 2013

Gastroenterologia pediatrica

Por qué los niños no quieren comer?

Expertos revelan nuevas tácticas para ayudar a los padres a manejar niños con dificultades alimenticias.

Dr. Benny Kerzner
Un estudio realizado por el gastroenterólogo Benny Kerzner, miembro de la Sociedad Norteamericana de Gastroenterología Pediátrica, determinó que el 50% de padres, en Estados Unidos, reportan dificultades de alimentación con sus hijos.
De acuerdo a la investigación y al tipo de comportamiento, el experto logró determinar que existen tres tipos de dificultades que se pueden presentar en los niños.
 1. La falta de apetito. Hay niños que tienen poco interés en la comida o que se llenan con facilidad.
2. Los comedores selectivos. Existen niños que limitan su dieta a unos pocos alimentos. A menudo se los describe como ‘exigentes’ o ‘quisquillosos’ y son reacios a probar nuevas comidas.
3. El miedo a alimentación. Son niños que tienen miedo de comer después de haber pasado por una experiencia traumática con un plato específico. El experto expuso estos temas en la II Cumbre en Dificultades de Alimentación, que recientemente se desarrolló en Quito, Ecuador.
Kim Milano, nutricionista invitada a la cumbre, señaló que el ejemplo que dan los padres a la hora de comer es fundamental, pues son los adultos quienes crean hábitos saludables en los hijos. La recomendación de la experta es sentarse a comer con toda la familia, por lo menos dos veces a la semana. Este espacio debe ser de armonía y generar una experiencia positiva. Es fundamental que no existan distracciones (no encender el televisor, ni juegos).  Este momento,  en el que se fomenta el diálogo, es preciso para introducir nuevos alimentos en la dieta de los pequeños.
Además, recalcó la especialista, que la relación entre la madre y el hijo está íntimamente vinculada con la comida, pues muchas veces cuando el pequeño está enojado con su madre, este suele rechazar los alimentos. La clave está en no obligar a comer al niño, ni ofrecerle sus alimentos favoritos como recompensa por comer aquello que no les gusta. Se trata más bien de hacerle comprender que alimentarse bien le traerá muchos beneficios a futuro. Esto se logra conversando con el niño y dándole ejemplos acerca de cómo quiere ser de grande, un hombre o una mujer atlético/a o una persona obesa. Este tipo de comparaciones impacta a los niños.

Hay una clasificación de seis tipos de niño por el comer:

Niños confundidos
Se produce por la influencia de los padres (madres que hacen dieta o padres que no gustan de ciertos alimentos). Es clave que los padres se informen sobre el tipo de alimentos que los hijos requieren durante su crecimiento e incluirlos poco a poco en la dieta. Además, decirle al niño para qué son buenos tales o cuales alimentos y en qué les van a beneficiar. También hacerle reflexionar sobre cómo le gustaría verse cuando sea grande: fuerte y sano o pequeño y enfermo.

Niño de poco apetito 
Tienen escaso interés en la comida o se llenan fácilmente. Para ayudarlos hay que motivarles a comer. Si ellos tienen un héroe favorito dígale que él o ella son fuertes y poderosos porque se alimenta bien. Si rechaza el almuerzo no le presione; esto puede ser contraproducente. Haga que su siguiente comida sea reforzada. No le brinde ningún tipo de 'snack' durante este lapso.
Niños selectivos
Limitan su dieta a unos pocos alimentos y son reacios a probar nuevos. Se los describe como 'exigentes' o 'quisquillosos'. En general están bien alimentados; sin embargo, es valioso que su menú sea variado para que aprovechen mejor otros nutrientes. La nutricionista Milano recomienda introducir nuevos alimentos acompañados de salsas o presentarlos en platos decorados en forma llamativa.

Niños miedosos
Sienten temor de comer después de haber pasado por una experiencia dolorosa o haber probado un alimento que no les gustó. El obligar a los niños a comer y el castigo para conseguirlo puede dar como resultado este tipo de dificultad en ellos. Para poder ayudarle, procure comer en familia, al menos una vez al día, y hacer de este espacio un tiempo de enseñanza.
Niños vigorosos
Estos pequeños rara vez demuestran tener hambre. Generalmente se sienten satisfechos y se distraen con facilidad a la hora de comer, con juegos o se levantan de la mesa. Cuando comen a deshoras ('snacks', frutas, etc.) es lógico que no sientan hambre en el momento de sentarse a la mesa. Es recomendable darles un refrigerio dos a tres horas antes del almuerzo o cena.
Niños deprimidos
A los miembros de este grupo les da lo mismo comer o no. Por lo general, son niños que han estado al cuidado de otras personas que no son sus padres. En estos casos es aconsejable incentivarlos a comer. Con ellos funciona muy bien el ponerles nombres llamativos a los alimentos, por ejemplo: 'las arvejas voladoras' u otorgarle una cualidad especial a una verdura o fruta: 'las zanahorias de los rayos X', 'las super­espinacas', etc.
Fuente: Material de apoyo y dibujo cortesía de la revista Familia, de Quito, Ecuador.

Twitter: @PardeyBlogger        e-mail: pardeyblogger@gmail.com

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